United World Project

Watch

Educación a la paz y Semana Mundo Unido: Entrevista a Mons. Zani

 
8 mayo 2020   |   , ,
 

Es martes 5 de mayo, estamos en la mitad de la Semana Mundo Unido. #InTimeForPeace está poniendo siempre más historias en red, experiencias y proyectos, pero sobre todo personas. Entonces hemos pensado escuchar la voz de Monseñor Angelo Vincenzo Zani; Mos. Zani es Secretario de la Congregación para la Educación Católica, el “brazo” de la Santa Sede que se ocupa de educación en el sentido más amplio del término: valorización de las personas, de los talentos personales, de las relaciones, y el bien de una comunidad, para ser formados en la construcción de la paz. Nos comunicamos con Mons. Zani en su oficina en el Vaticano, y con un clic comenzamos la conversación.

Mons. Zani, ¿Qué quiere decir trabajar por la paz desde el punto de vista de la educación?

A.V. Zani: Pienso que precisamente aquí está el punto central porque no se puede construir la paz si no hemos sido educados a la paz y si no educamos a la paz, porque la paz es un fruto maduro en tantos. No es una reacción espontánea; muchas veces, para construir la paz es necesario superar también muchas dificultades, superar tensiones, problemas, distintas posiciones, por lo tanto, si no hay un ejercicio, si no hay una educación a la paz, una participación de sentimientos, de pensamientos, la paz no se construye o sí se construye, pero no tiene una prospectiva segura. No hay paz si no hay educación a la paz.

Quizás el secreto es precisamente no abandonar la “presa” cuando las cosas se hacen difíciles y encontrar un camino para superar la dificultad…

A.V. Zani: el problema es que muchas veces, la idea de la paz nos lleva a pensar muy lejos, a pensar quien sabe a qué cosas; hacemos manifestaciones por la paz, trabajar por la paz es también algo alegre y festivo que nos toma. ¡Pero la prueba de la paz es la vida diaria! La vida cotidiana y las relaciones con las personas que tenemos cerca, porque es allí donde comenzamos a experimentar las diferencias. Somos hermanos, somos hijos, padres, todos somos de una misma familia, pero ya en la familia hay diferencias. Entonces, el primer paso es hacer de la diferencia un trampolín de lanzamiento, una posibilidad para ir más allá, un salir de nosotros mismos y es ahí donde comienza la paz.

Una de las experiencias que están viniendo en evidencia esta Semana Mundo Unido es que los jóvenes no se mueven solos, sino que son los jóvenes “con”: con los más grandes, con los más adultos, con los niños, también con los ancianos, ¡hay un pueblo! ¿Una de las formas para superar las dificultades es reevaluar las relaciones entre las generaciones?

A.V. Zani: como primera cosa quisiera aprovechar la ocasión para decir que he seguido algunos momentos de la Semana Mundo Unido y les expreso mis felicitaciones. Les agradezco muchísimo, es un trabajo extraordinario lo que están haciendo, hay una vitalidad, una riqueza, un mundo de experiencias. En otra ocasión decía que sacaran estas historias, que las valorizaran, el mundo necesita ver la luz. Uno de los aspectos que, precisamente, están enfatizando es la superación de las brechas entre las generaciones: este es el punto fundamental, que a menudo se considera también a nivel científico, donde ciertamente se revela que también hoy, una de las dificultades más grandes es precisamente esta, la dificultad de dialogar, de construir relaciones sólidas entre generaciones, entre adultos y jóvenes. Se subraya que la crisis más fuerte no es la de los jóvenes sino la de los adultos: los jóvenes crecen con vitalidad, riqueza, creatividad, y el adulto entra en crisis por sus certezas, su modo de pensar y, teniendo también una responsabilidad educativa y formativa, se hace la pregunta si es justo o no lo que enseña. Hay un estudio francés que define a la sociedad como una sociedad “adolescéntrica”: el adulto es aquel que más experimenta la dimensión “adolescéntrica”, de la incerteza, de la inseguridad; mientras el joven crece con una gran necesidad de tener modelos, ejemplos, testimonios concretos con los que se pueda identificar. Diría que este es uno de los puntos del discurso de la paz que, en fondo se construye con las relaciones, si no hay relaciones no hay paz, y la educación es un acto de relación. También hay mucho que aprender de los adultos en relación con los jóvenes y viceversa. Ya no es más el tiempo de la juventud, es el tiempo de la realidad, el Papa lo repite muchas veces: educar significa llevar de la mano a las personas, a los niños, a los jóvenes, pero también a los mismos ancianos, a entrar a la realidad. La realidad tiene muchas dimensiones, espirituales, trascendentales, concretas y si no pones a las personas en esta realidad, no has alcanzado el objetivo educativo. El Papa dice que tenemos que hacer una revolución cultural dentro de este cambio de época y me parece que, en este contexto, la Semana Mundo Unido es una contribución muy importante.

Es un cambio de época que hay que hacer con cabeza, corazón, manos y lo dice siempre el Papa Francisco. En este sentido, tal vez la comunidad es la palabra clave que hay que descubrir…

Mons. Zani: Diría que éste es uno de los puntos fundamentales: no se puede educar si no hay una comunidad y hay que educar dentro y a través de la comunidad. En este sentido veo que la Semana Mundo Unido es una contribución a lo que el Papa quiere realizar, es decir este pacto educativo global, lo estoy viendo en todas las experiencias que ustedes presentan en estos días: pensamos que cuando el Papa lanzó la idea del Pacto ha usado un dicho africano muy importante que “para educar se necesita una aldea”, se necesita un contexto, un ambiente y esto subraya la dimensión comunitaria. Pero el Papa también dice que en la aldea para la educación se aprende se “descascarar” nuestras visiones particulares para purificarlas. Y finalmente, educar para salir de la aldea, no hay que quedarse dentro de la aldea, la aldea es el laboratorio donde se aprende a ir más lejos, para enfrentar escenarios más exigentes.

Usted me da la oportunidad de hacerle una última pregunta. La experiencia de la Semana Mundo Unido nació al interno del Movimiento de los Focolares pero desde el inicio y en su desarrollo, ha atraído el interés de personas fuera del Movimiento de los Focolares y por lo tanto es un bien que se difunde también afuera…

Mos. Zani: Estoy totalmente de acuerdo y subrayo mucho este aspecto que está emergiendo: es decir lo que experimentan, es que esta experiencia no es sólo para el Movimiento de los Focolares sino para todos, es un don para todos nosotros y por lo tanto es muy bello. Les deseo que vayan siempre más en esta dirección, entre otras cosas es el Carisma de la Unidad y no es sólo de alguien, sino de todos, incluso de los alejados, que tienen otras religiones, otras culturas, otras filiaciones sociales. Cuando pensamos en ir más lejos, debemos formarnos más, debemos estar preparados. Aquí entra en juego otra vez el tema de la educación; realmente el Papa dice que tenemos que tener el valor de formar personas capaces de ponerse al servicio del bien común; por lo tanto, el valor de formar porque sin la formación no se va a ningún lado. Formar personas capaces de ponerse al servicio de todos. Logramos entrar en contacto incluso con quien no piensa como nosotros, en la medida en la que seamos claros en las posiciones y sepamos lo que queremos y lo que damos, por qué nos ponemos al servicio, y para esto es necesario una calidad de formación. Pero es una vocación que tengo que alimentar a través de la ciencia, la disciplina, la experiencia, el estar juntos.


SHARE: