United World Project

Watch

La primera “Jornada Internacional de la Fraternidad Humana”

 
2 febrero 2021   |   , ,
 

El próximo 4 de febrero se celebrará el primer “Día internacional de la Fraternidad Humana”, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidad durante su 75° sesión plenaria.

La elección de la fecha es una fuerte referencia a la histórica firma del “Documento sobre la hermandad humana para la paz mundial y la coexistencia común” por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib (4 de febrero del 2019)

«La diversidad cultural y la libertad de creencias son parte del rico tapiz de nuestras civilizaciones; – explica en su mensaje António Guterres, Secretario General de la ONU – al conmemorar el Día Internacional de la Fraternidad Humana, comprometámonos a hacer más para promover la tolerancia, la comprensión y el diálogo cultural y religioso».

Para todos los involucrados en este laboratorio permanente de fraternidad que es el United World Project, esta jornada no puede ser solo un día de fiesta sino un trampolín, un estímulo para hacer más y mejor para promover el diálogo, la aceptación, el respeto mutuo y entendimiento en la diversidad. Así, en esta ocasión, queremos dar voz simbólica a algunos promotores del United World Project, comprometidos con la difusión de la fraternidad a todo nivel.

Francesco Ricciardi, uno de los jóvenes fundadores del United World Project, hoy es el responsable del Contact Center de Generali Italia.

«La idea surgió en el 2010. Recientemente había terminado mis estudios en derecho. Siempre me ha fascinado la idea de que, junto con el compromiso personal, diario y permanente, se necesita también un compromiso concreto en involucrar a las instituciones nacionales e internacionales para que la cultura de la fraternidad se convierta en paradigma de nuestra vida social.

Al principio éramos 5, luego 7, 10 y así sucesivamente… muchos (y de muchas partes del mundo) aportamos ideas, propuestas, sugerencias. En esos momentos, llenos de entusiasmo, el idealismo y la concreción, se unieron para perfilar lo que pronto se convertiría en el United World Project. A lo largo de los años muchos han ido y venido, dando un aporte decisivo. Con Mariagrazia Baroni, periodista, seguimos el proyecto inmediatamente después del lanzamiento en Budapest (2012). Hemos vivido momentos muy importantes. Pienso, por ejemplo, en la publicación del primer “Atlas de la fraternidad universal”.

También ha sido maravilloso seguir el proyecto con mi esposa Marianna; llevamos 6 años de casados y desde que éramos jóvenes hemos compartido muchas ideas. Soñamos con tener una jornada mundial de fraternidad universal, con involucrar a las instituciones internacionales en este camino hacia un mundo unido. Nos preguntamos cuál podría ser nuestra contribución para crear una cultura generalizada, fundada en la fraternidad. Soñamos con el nacimiento de los “Embajadores del Mundo Unido” …

Ahora tengo a mi cargo el Contact Center de Generali Italia y Marianna trabaja como administradora en una empresa farmacéutica. ¡Estamos esperando a Lorenzo, que estará con nosotros en unas semanas, a quien queremos transmitir toda nuestra pasión por el mundo unido y por la fraternidad universal!

En los últimos años, he tenido la oportunidad de visitar (y, en algunos periodos, vivir) en diferentes partes del mundo. Cada vez me parece haber entendido algo más.  ¡Se ha hecho mucho pero aún queda mucho por hacer! Pero no debemos desanimarnos porque la humanidad está en camino. Hoy más que nunca, es necesario cultivar semillas de fraternidad. Quizás este sea el mayor sueño del United World Project: iluminar la historia de la humanidad con mil y mil luces…. huellas de paz, esperanza, acogida; y de todo aquello que contribuya a construir puentes de fraternidad. En fondo, la promesa de Jesús es clara: ¡no se trata de “sí” el mundo se unirá, sino sólo de “cuándo”! Depende de nosotros decidir cuánto nos comprometemos en este hermoso camino».

Osvaldo Barreneche. Profesor titular ordinario de Historia de América Latina y director de la cátedra libre “Sociedad, Política, Fraternidad” en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

Tanto en ámbito privado como en el espacio público, la palabra Fraternidad ha tenido un largo recorrido histórico con diversas interpretaciones. Muchas religiones del mundo la incluyen entre sus vocabularios y enseñanzas. Junto a la Libertad y la Igualdad, la Fraternidad integra el tríptico de la Revolución Francesa de 1789, con todo lo que ello ha implicado en el pensamiento político moderno. El Socialismo y el Marxismo le dan una centralidad particular dentro de su visión del mundo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 la menciona explícitamente en su artículo primero. Y así podríamos seguir.

Entonces, ¿Cuál es la novedad que, en el 2021, trae esta Primera Jornada de la Fraternidad? Lo nuevo es la resignificación conceptual del término y su potencia, que se traduce en múltiples experiencias que cambian para bien el orden de las cosas.

Los estudios de la Fraternidad, en su dimensión política, aportan ideas innovadoras a partir de las cuales se pueden sentar las bases para una genuina y profunda transformación de un mundo globalizado y acechado por las pandemias, los cambios climáticos y el sistema desenfrenado de acumulación de riquezas en pocas manos. En ese sentido, por ejemplo, propiciamos la Fraternidad Pluriversal (en lugar de Universal), que incluye a toda la Humanidad, pero en el respeto y valoración de sus diversidades.

Más allá de la nueva densidad semántica de la Fraternidad, su mayor contundencia está en el territorio de las prácticas y de las experiencias. El Papa Francisco la acaba de colocar de nuevo en el centro de la escena global, a partir de su reciente Encíclica Fratelli Tutti. En el ejemplo central del documento, el del “Buen Samaritano”, queda claro cómo la Fraternidad puesta en acción transforma para bien las cosas, inclusive a partir de episodios traumáticos y dolorosos, como el que da origen a la conocida Parábola.

¿Qué presupone, entonces, poner en luz la Fraternidad en esta Primera Jornada? Un desafío, pero también una esperanza. Nada menos.

Theodora, Embajadora del Mundo Unido, Nigeria.

«Cuando era niña, mientras crecía, observaba que parecía que mis padres tenían un vínculo inseparable que los mantenía unidos, un amor que, haciendo lo mejor que podían, transfirieron a mí, a mis hermanos y a mi familia extendida. Sin embargo, a medida que avanzaba en edad y conocimientos, descubrí que el nivel de unidad en mi hogar no era el mismo que en los hogares de los demás. Lo mismo sucedía en la escuela, en el lugar de trabajo y en la sociedad en general. La gente parecía preocuparse menos por los valores, por la belleza de la amistad y de la hermandad. Fue en este punto que comencé a imaginar la posibilidad de un mundo unido. Esta imaginación prontamente se convirtió en un sueño que comenzó a hacerse realidad cuando conocí el Movimiento de los Focolares.

Frecuentando constantemente sus programas juveniles, en mi zona, en mi país, en la región africana y, más tarde, a nivel internacional, como representante de la juventud de mi país, comencé a entender que un mundo unido era posible, pero requería que, como jóvenes, tratáramos de ser más proactivos. Me refiero, en términos de organización de programas de sensibilización, para orientar la defensa de programas sociales, para educar y empoderar a los jóvenes, eventos sociales para involucrar y cautivar la conciencia de los jóvenes sobre el tema de la unidad mundial y la paz.

En los últimos tiempos, mis hermanos Focolares y yo en Nigeria hemos podido organizar un proyecto llamado “Cose un vestido para un niño”. Este proyecto quiere animar a los jóvenes a contribuir como obra de amor, a satisfacer las necesidades de los menos privilegiados, haciendo la propia parte para construir un mundo unido donde la fraternidad pueda convertirse en la piedra angular de todos los sectores de nuestra sociedad. Creo en la Regla de Oro que dice: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti; no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. He seguido este mantra desde que era adolescentes hasta el día de hoy, como mujer casada, en la forma en que trato y me relaciono con mi esposo, mis suegros, familiares, amigos y conocidos».

SeongYoung, Embajadora del Mundo Unido, Corea del Sur.

«¡Feliz primer Día Internacional de la Fraternidad Humana a todos! Desde el 2018, trabajo para el United World Project como embajadora del mundo unido, junto con otros jóvenes de todo el mundo. Mi sueño siempre ha sido ayudar a crear un mundo mejor y pacífico. En consecuencia, inicié mi trayectoria profesional en el campo del desarrollo internacional. Actualmente, estoy trabajando en un proyecto que tiene como objetivo proporcionar empleos “verdes” para jóvenes de poblaciones rurales en el sector agroalimentario y en otros sectores económicos del mundo rural, en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Cada vez que imagino a los jóvenes que se beneficiarán de nuestro proyecto, siento una inmensa felicidad y grandes esperanzas… de que esto pueda contribuir a crear un mundo más pacífico. No porque los esté “ayudando”, sino porque estoy tratando de “vivir” la fraternidad humana de manera correcta, viendo en los beneficiarios a personas humanas como yo. Creo que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer de este planeta un lugar mejor si tratamos de recordar y “vivir” la cultura de la paz. Ciertamente no es un camino fácil para nadie, pero podemos contar con el hecho de que no estamos solos viviendo para esto y que podemos hacerlo juntos».

María Esther Salamanca Aguado, Profesora de Derecho internacional público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Valladolid (España).

La proclamación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas del Día Internacional de la Fraternidad Humana debe servir para recordarnos que la humanidad en su conjunto tiene un proyecto común que realizar: un proyecto de unidad en el que todas las personas, con independencia de su pertenencia a un grupo cultural u otro, tengan una fe religiosa o no, puedan disfrutar de un desarrollo humano integral, en armonía con el medio ambiente, y en paz los unos con los otros.

La fraternidad humana “abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales”. Es el principio básico de todo orden social, nacional e internacional, de la búsqueda de la paz, del desarrollo sostenible y de los derechos humanos.

Este día nos permite mirarnos los unos a los otros, al menos durante una jornada, y reconocernos como partes de un mismo todo, para buscar soluciones a nuestras dificultades. A través del diálogo a todos los niveles establezcamos a partir de esa experiencia nuevas relaciones que nos ayuden a encontrar el camino común hacia la fraternidad universal.


SHARE: