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El terremoto de Haití y los misioneros de la Misión de Belém
En 2010 Haití sufrió una de las más grandes catástrofes. Once años después, un nuevo terremoto aumenta la crisis del país que aún no se ha recuperado de las tragedias del pasado. Los misioneros de la Misión Belém nos hablan de la situación del país y de su trabajo para ayudar al pueblo haitiano.
Edificios destruidos, escombros, cuerpos enterados, personas gravemente heridas en la calle, cientos de familias durmiendo en las calles: estas son algunas de las escenas que vemos y leemos sobre Haití, en las noticias y en las redes sociales, un país que muchos conocen como uno de los países más pobres del mundo.
El país en la isla Hispaniola está luchando para reconstruirse de un terremoto del 2010 que destruyó gran parte de su territorio. Once años después, un terremoto de magnitud 7,2 (datos EMSC), superior al de 2010, golpea al país que no se ha recuperado de los desastres del pasado y que vive, además de la pandemia, una fuerte crisis económica y política, con el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de este año.
Según la BBC News, el terremoto del 14 de agosto ha dejado más de 2.000 muertos y una población física y mentalmente devastada. El país ahora tiene que enfrentar escasez de alimentos, agua, falta de energía, refugio y atención médica.
Hemos entrevistado a dos misioneros que se encuentran en Haití para entender a fondo la situación actual del país, el trabajo que están haciendo como Misión Belém para ayudar a los haitianos y qué se puede hacer de inmediato para sostener esta población¹.
Sor Valessa, de 28 años, y el hermano Helio, de 30 años, son misioneros de la Misión Belém, un movimiento religioso nacido en el 2015 en San Paolo, Brasil, con el objetivo de “ser familia para quien nos la tiene”, acogiendo y acompañando los sin techo y toxico dependientes. La Misión Belém está desde el 2010, también en Puerto Príncipe, capital de Haití, en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Allí abrieron un centro educativo para niños y adolescentes, una enfermería, un centro de nutrición y ahora están construyendo un complejo hospitalario.
Los dos religiosos entrevistados son brasileños y fueron transferidos a Haití en 2013 y, para ellos, a pesar del impacto con la realidad social, es grande la alegría de poder dar la vida y dar esperanza a esta población “Tan sufrida y tan guerrera”.
[1] Donaciones a través de los Franciscanos de la Divina Providencia (Brasil):
http://www.franciscanosnaprovidencia.org.br/associacao/missaobrasilhaiti
Banco do Brasil
Agenzia 06916-7 – Cuenta corriente: 06682-6
Santander
Agencia 0014 – Cuenta corriente 13.005017-0
*Las donaciones mensuales pueden ser realizadas mediante transferencia bancaria, débito automático o tarjeta de crédito.
Acceso: www.franciscanosnaprovidencia.org.br/doacao
* Si tiene preguntas o información, comuníquese con el equipo de recaudación de fondos en el WhatsApp +55 (17) 98157-1414
[2] En el vídeo 2, Valessa se refiere a Cracolândia, región en San Paulo donde los toxico dependientes viven en la calle y usan el crack abiertamente.