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La paz, el Papa y una petición para comenzar el año
El 1° de enero de cada año se celebra en la Iglesia católica la Jornada Mundial de la Paz. fue Pablo VI quien la instituyó el 8 de diciembre de 1967, con el augurio «que fuera la paz con su justo y benéfico equilibrio que dominara el desarrollo de la historia futura».
Ya desde entonces se trataba de una invitación que fuera más allá de los confines del mundo católico, y también un llamado extremo a la tregua y al diálogo para la escalada de la guerra en Vietnam. Pablo VI escribió: «Querría encontrar la adhesión de todos los amigos de la Paz, como si fuese iniciativa suya propia, y expresarse en formas diversas, correspondientes al carácter particular de cuantos advierten cuán hermosa e importante es la armonía de todas las voces en el mundo para la exaltación de este primer bien, que es la Paz, en el múltiple concierto de la humanidad moderna».
Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para edificar una paz duradera
Este año, el Papa Francisco, en su mensaje para la 55° Jornada Mundial de la Paz, propone tres caminos para la construcción de una paz inclusiva y de sólidas raíces: diálogo entre generaciones, educación y trabajo. Escribe:
«En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. Estos tres elementos son esenciales para «la gestación de un pacto social», sin el cual todo proyecto de paz es insustancial».
El tema que, una vez más, recorre su discurso, es la “cultura del cuidado”. Cultura que permite superar las fracturas de la sociedad y la inercia de las instituciones y que se puede convertir en el «lenguaje común que derriba las barreras y construye puentes». De aquí su invitación a un pacto educativo global «que promueva la educación a la ecología integral, según el modelo cultural de paz, de desarrollo y sostenibilidad, centrado en la fraternidad y en la alianza entre el ser humano y el ambiente». Y, para que el camino de la paz entre concretamente en la vida de muchos hombres y mujeres, el Papa Francisco subraya el rol insustituible que juega el trabajo humano que «es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal».
«Es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario -continua- asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector».
Un dividendo global para la paz
Con estas premisas, queremos retomar y volver a lanzar una iniciativa suscrita y promovida por una cincuentena de premios Nobel en diciembre de 2021, dirigida a los gobiernos del mundo.
La propuesta, que se basa en criterios racionales de cálculo, prevé una reducción del 2% del gasto militar en todos los países. Esto ahorraría 1 billón de dólares en 5 años que, la mitad, podrían ser usados para combatir las emergencias planetarias: pandemias, calentamiento global, pobreza extrema. La otra mitad quedarían a disposición de los gobiernos que podrían destinarlos a aplicaciones más pacíficas. En fin, a las emergencias internas: pobreza, desigualdades sociales (alojamiento, instrucción, trabajo, asistencia sanitaria), explotación de recursos y del ambiente. El llamado se titula: “Un dividendo global para la paz”. Mientras escribimos este artículo, la petición acaba de llegar a las 43.555 firmas….
El texto del llamado
El gasto militar mundial se ha redoblado desde el 2000. Se está acercando a los 2 trillones de dólares anuales, y está aumentando en todas las regiones del mundo (*).
Los varios gobiernos están bajo presión para aumentar los gastos militares porque los demás lo hacen. El mecanismo de retroalimentación sostiene una carrera armamentista en espiral -un desperdicio colosal de recursos que podría usarse de manera mucho más inteligente. Las carreras armamentistas del pasado han tenido a menudo el mismo resultado: conflictos mortíferos y destructivos.
Tenemos una propuesta simple para la humanidad: los gobiernos de todos los estados miembros de las Naciones Unidas tendrían que negociar una reducción conjunta de sus gastos militares del 2% cada año, durante cinco años. La lógica de la propuesta es simple:
Las naciones adversarias reducen los gastos militares, así la seguridad de cada país aumenta, mientras que la disuasión y el equilibrio se preservan.
El acuerdo contribuye a reducir la animosidad, disminuyendo así el riesgo de guerra.
Se ponen a disposición vastos recursos, un «dividendo de paz» de 1 billón de dólares para 2030.
Proponemos que la mitad de los recursos liberados por este acuerdo se destine a un fondo global, bajo la supervisión de la ONU, para abordar los graves problemas comunes de la humanidad: pandemias, cambio climático y pobreza extrema.
La otra mitad queda a disposición para los diferentes gobiernos. Todos los países podrán tener nuevos recursos significativos. Algunos de éstos pueden ser usados para redireccionar las grandes capacidades de búsqueda de las industrias militares hacia aplicaciones pacíficas urgentemente necesarias.
La historia demuestra que los acuerdos para limitar la proliferación de las armas son realizables; gracias a los tratados SALT y START, los Estados Unidos y la Unión Soviética han reducido sus arsenales nucleares en un 90% desde los años ochenta. Estas negociaciones pueden tener éxito porque son racionales: cada actor se beneficia de la reducción de los armamentos de sus adversarios, al igual que la humanidad en todo su conjunto.
La humanidad enfrenta riesgos que se pueden evitar solo a través de la cooperación.
Cooperemos, en lugar de combatir entre nosotros.
* Stockholm International Peace Research Institute
FIRMA ESTA PETICIÓN
Tal vez, la paz pasa también por el atreverse a cuidar las personas y el planeta firmando este pequeño llamado.
¡FELIZ 2022 A TODOS!