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La paz como única posibilidad, llamado de MPPU Internacional
15 NOVEMBRE 2023 por Maria Bencivenni, Spirito Oderda
Las raíces, el método y la finalidad del llamamiento promovido a escala mundial por el Movimiento Político por la Unidad junto con una traza de reflexión para afirmar: «No más guerra en el mundo, no más niños en guerra: a través de los ojos de las madres y de los padres, una salida política para la paz».
«Ante la actual tragedia en Tierra Santa, nosotros, los políticos del MPPU, como parte de la humanidad, sentimos el deseo de pedir perdón a las víctimas de esta y de todas las guerras en curso por haber hecho demasiado poco en la búsqueda de soluciones políticas pacíficas a los conflictos».
Así comienza el llamamiento por la paz en Tierra Santa que el Movimiento Político por la Unidad ha decidido lanzar en todo el mundo como una especie de «red internacional de políticos, funcionarios, diplomáticos, estudiantes e investigadores, activistas de los partidos políticos y de la sociedad civil de 22 países en 5 continentes, comprometidos con la construcción de un mundo más fraterno, justo e igualitario».
El MPPU es la expresión del Movimiento de los Focolares nacido en Trento en 1943. “Eran tiempos de guerra…”, bajo las bombas de la II Guerra Mundial. Una corriente de personas que dieron vida, en aquella tormenta, a una extraordinaria experiencia de fraternidad proyectada hacia un sueño mayor: la fraternidad universal.
En el mundo de hoy, tremendamente desgarrado en muchas partes por lo que el Papa Francisco definió como la Tercera Guerra Mundial en pedazos, quienes hemos abrazado este sueño y lo hemos hecho nuestro, nos vemos obligados a reafirmarlo con todas nuestras fuerzas y con la mayor confianza.
Reconociendo en la política el lugar de muchas de las opciones decisivas hacia la convivencia armoniosa o hacia la desunión y los enfrentamientos, la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, ha sido la primera testigo y maestra de este sueño*, en 1996 dio vida al Movimiento Político por la Unidad: un “laboratorio” fundado precisamente para generar, en el lugar por excelencia de los choques y conflictos, una nueva dinámica, que lleve la diversidad a interactuar de manera virtuosa, con el objetivo prioritario del bien común y con los más débiles en primer lugar. Un actuar político que, asumiendo conscientemente su propia tarea y responsabilidad, desde los niveles más cercanos, hasta los parlamentos y asambleas internacionales, tiene como objetivo crear las condiciones para que el mundo viva en paz.
El Movimiento Político por la Unidad (MPPU) está hoy presente, como se ha dicho, en 22 países de los cinco continentes, y está coordinado por un Centro internacional que en estos nuevos “tiempos de Guerra” se ha sentido, como muchos, particularmente interpelado, y solicitado por muchos a expresarse.
Lo que siguió fue un trabajo amplio y articulado, que ha necesitado varias semanas para concluirse. Ha sido muy significativa la dinámica “fraterna” con la que se ha enfrentado, llegando desde posiciones incluso lejanas a una formulación común, teniendo siempre ante nosotros las víctimas de las guerras en curso, a los frágiles, a los niños, a quienes solo hay que pedirles perdón por este loco vórtice de violencia que no cesa. Las sensibilidades, los puntos de vista, las posiciones de las distintas partes del mundo son muy diferentes, pero sí una fuerte voluntad, precisamente sobre la paz, prioridad de la política, de converger en un documento que exprese a todos.
No es un ejercicio de escritura, no es una enumeración de hermosas ideas, sino un documento político sobre los valores y la esencia de la política y sus herramientas, una política capaz de construir soluciones no violentas a los conflictos en curso, de establecer puentes de diálogo, de sanar las heridas entre los pueblos. Queríamos afirmar con fuerza el repudio a la guerra como instrumento político.
Al mismo tiempo, ciertamente no se ha olvidado que cada uno de nosotros debe hacer una contribución fundamental a la construcción de la paz con nuestras acciones diarias.
De este compartir “mundial” (probablemente una de las primeras experiencias de este tipo) surgieron dos textos, un llamamiento y una ficha de reflexión, que proponemos públicamente.
No son textos breves, porque se consideró importante poder expresar un poco más plenamente el pensamiento. Somos conscientes de que hay muchas realidades en el mundo que son mucho más conocidas que el MPPU para expresarse sobre la Paz; igualmente somos conscientes de que no tenemos la capacidad de “influencia mediática” significativa. Pero creemos que los dos documentos -expresión de un compromiso permanente y de inspiración para opciones políticas decisivas- pueden constituir una base para ideas, reflexiones y acciones, una referencia para trabajar por la paz, realizar investigaciones, formarse e influir para promover una nueva cultura política. Una plataforma para desarrollar la paz como política.
Para difundir más ampliamente los contenidos del Llamamiento, imaginamos que utilizaremos formas más ágiles y también diferentes métodos de comunicación. Mientras tanto, ya se activó la plataforma para recoger las firmas de quienes consideren oportuno hacerlo.
Algo que consideramos importante de esta experiencia: el método de implementación, el compartir a escala global (“hacer procesos de influencia política en forma colectiva” dice el presidente del Centro internacional Javier Baquero), una modalidad que quisiéramos que se convierta en un ejemplo para proceder también en el futuro, en la óptica de nuestro sueño y de su progresiva actuación: la fraternidad universal. A través de una política al servicio de la unidad de la familia humana. Sin ningún otro interés.
* Chiara Lubich recibió el “Premio UNESCO de Educación para la Paz” en 1996