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El valor inestimable de la caridad
Pedimos a un coro de variadas voces que nos ayudara a navegar en la desafiante belleza de la caridad, tema de nuestra publicación de septiembre de 2024.
¿Qué es la caridad? Como explicamos en el editorial introductorio, comenzamos con esta pregunta, para construir nuestra publicación de septiembre 2024. No es una pregunta sencilla, escribimos, porque la caridad es algo grande, precioso y comprometedor. Por esto pedimos ayuda a varias personas de diferentes nacionalidades, culturas, religiones, profesiones y misiones diferentes. Les preguntamos qué es para ellos la caridad y cómo la encarnan en su cotidianidad. A continuación están las respuestas:
Silvina Chemen, rabina argentina, nos decía: «La caridad es mucho más que un gesto caritativo hacia una persona necesitada. Es mucho más que una limosna. Es mucho más que un acto de compasión por alguien que no tiene o no puede. La palabra caridad, al menos en español, comparte algunas letras con la palabra cara, que significa rostro, y para mí la caridad es esto: no cegar el rostro del otro. Poder mirarlo con toda la humanidad, lograr encontrar, más allá de la circunstancia en la que vive, aquel espacio que nos une, es decir que todos somos hijos de este Dios. Como decía el filósofo hebreo Emmanuel Levinas, donde encuentro el rostro del otro, es donde comienza la ética. La caridad es el modo en el que nuestras religiones hablan de ética, de responsabilidad para con los otros».
Padre Fabio Pieroni, párroco de San Bernardo de Chiaravalle, en Roma, uso estas palabras: «La caridad no es la manera en la que hago mejor las cosas; es la causa de las cosas que hago. Si diera mi cuerpo para que fuera quemado, pero no tengo la caridad, de nada sierve. No son esenciales las obras realizadas con esfuerzo -explicó- si luego se espera una recompensa que puede ser el aprecio u otra cosa. Mi comunión con Dios es la Caridad. ¡Caritas Cristi Urget nos! Entonces la Caridad no es un estilo de vida, sino que es Dios mismo en mí. Si no estoy en gracia, si en mí no está encendida la llama del amor de Dios, las cosas no funcionan. Desafortunadamente una lectura moralista de la carta de Santiago, que parece reducir la fe y absolutizar las obras, es engañosa. En cambio las dos cosas son importantes».
Para la cantante del Gen Verde, María Andreina Rivera Muñoz, de Venezuela, «La caridad es amor concreto. Es escuchar a los demás sin esperar que te respondan. Significa estar dispuesto a salir de sí mismos. En el trabajo con el Gen Verde -prosiguió la artista- al menos para mí no faltan oportunidades para vivir este amor. Pienso en aquella oportunidad en la que tuve que sustituir a una colega. No era particularmente difícil, pero tenía temor de equivocarme. O ayer, mientras estábamos limpiando y yo terminé lo que estaba haciendo y me pidieron que apoyara a otra que no había logrado terminar su parte. Me puse enseguida sin pensarlo mucho. Para mí esto es el amor y también el perdón: no pensar a lo que la otra persona está (o no) en grado de hacer. Si ha tenido o no el tiempo para hacerlo. Simplemente lanzarme a amar. Es una aventura hermosa y maravillosa».
Jean Paul Wasukundi, artista y actor cultural del Gen Rosso, le hace eco de ella. Es de la República Democrática del Congo y para él «El amor es un valor muy importante en todo el mundo. Es un tipo de amor que se vive de manera sencilla y concreta. Siendo artista, ¿cómo vivo la caridad? -se pregunta- ayudando y sosteniendo proyectos sociales y culturales que dan espacio a artistas jóvenes, pero también escribiendo canciones que hablan de paz, unidad y fraternidad. Canciones con mensajes que animan y dan esperanza a quien lo necesita».
El padre Milton Satiro, de Brasil, nos dijo: «La caridad es lo que me hace sentir vivo. Soy cuando amo». Luego agregó: «La caridad es restituir todo lo que hemos recibido de Dios».
Riccardo Bosi, pediatra y escritor de Livorno (Italia) definió como «intrigante» la pregunta que le hicimos sobre la caridad: «Trabajo en contacto con niños y familias que a menudo son vulnerables porque son inmigrantes -nos contó- y asumir una actitud de amor, intentar de implementarla en la relación médico y paciente, es una maravillosa oportunidad. Pasar de curar a cuidar -que es mucho más- me permite superar más fácilmente aquellas barreras lingüísticas y culturales que a veces son inabordables. Se hace mucho mejor el propio trabajo, con una actitud de amor. No se trata de quitar algo al precioso maletín del médico, con el fonendoscopio y capacidades clínicas de diagnóstico y terapias, sino de agregar aquel instrumento invisible que con el tiempo se ha convertido para mí en la estrella polar y la brújula».
Regresando al campo del arte, más precisamente al del teatro, hemos escuchado la idea de caridad que tiene Alessio De Caprio, actor y dramaturgo, autor y director de “Bucéfalo el boxeador”, un conmovedor monólogo sobre la trágica historia del hebreo romano Lazzaro Anticoli, asesinado en los pozos Ardeatinos, en Roma, el 24 de marzo de 1944. «En mi vida la caridad -dijo Alessio- se realiza cuando muero a mí misma para dar algo a una persona. Esto sucede sobre todo cuando escucho al otro, cuando actúo por él y no por mí. Cuando me doy cuenta de que la felicidad está en el otro y no en mí». Sobre cómo encarna la caridad en el trabajo, De Caprio comentó: «Cuando hago teatro como actor y como tallerista, hay un momento en el que es necesario escuchar y mirar en los ojos a quien tengo delante, para cambiar el camino emprendido y escoger el único que pueda crear una relación».
También a una maestra, Dominique Millar, de Glasgow, en Escocia, le pedimos que hablara de la caridad: «Para mí significa ir más allá de lo que se espera de mí como profesora. Cuidando por tanto al niño o a la niña, pero también de sus hermanos y hermanas, de su familia, de su hogar. En definitiva, de su bienestar en general: ayudarle a vivir en un entorno, de su hogar. En definitiva de su bienestar en general: ayudarle a vivir en un entorno más seguro. Muchos de los niños con los que trabajé -nos explicó Dominique con más detalle- procedían de entornos muy pobres. Entonces haces trabajo social con ellos además de ser solo un maestro. Enseñas de 9 a 15, luego estás en contacto con la familia, el trabajador social y las agencias que trabajan con el niño. Es un trabajo que va más allá de enseñar A, B, C… o 1, 2, 3.».
Finalmente, el hermoso testimonio de Carlos Freire, asistente de redacción de Living City, en Canadá. «Para mí, la caridad es la capacidad de reconocer la infinita dignidad de cada persona y actuar en consecuencia -explicó- y cada persona significa verdaderamente cada persona. Como decía Chiara Lubich: el simpático y el antipático, el joven y el menos joven, el bonito y el menos bonito. Y hoy podríamos agregar algunas categorías que no eran explicitas ochenta años atrás». Sobre la forma en la que él encarna la caridad en su trabajo, agregó: «En mi trabajo con Living City (la revista publicada por los medios de comunicación de los Focolares en América del Norte) trato de hacer mi parte para que la revista promueva esta visión de la caridad que es el elemento necesario para hacer crecer la unidad y realizar el sueño de Jesús de la fraternidad universal». Carlos concluyó así: «La realidad de hoy (aquellas categorías nuevas a las que me refería) nos pide enfrentar temas difíciles y conversaciones desafiantes. Living City no rehúye estos desafíos. Mi deseo, y el de nuestro equipo, es que lo hagamos con caridad, reconociendo y honrando siempre esa dignidad infinita de cada persona».