Watch
“Sonido de libertad”. No darle la espalda al mal
La película “Sound of freedom” (Sonido de libertad), inspirada en una historia real, entra en el delicado y doloroso tema de la pedofilia, pero también nos hace reflexionar sobre lo importante que es no ignorar el dolor de los demás, el sufrimiento que sienten los frágiles y los indefensos.
No le da la espalda, Tim no deja que el dolor de otras personas escape de su corazón. Él le da la bienvenida y lucha por su causa abandonando su luminoso y confortable espacio privado durante el tiempo que sea necesario, poniendo en gran riesgo su propia vida.
Tim es estadounidense, tiene una esposa a la que ama y unos hijos maravillosos. Es policía (Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos) y se ocupa de uno de los males más horribles de los que el ser humano es capaz: la pedofilia. Ha visto mucho, ha arrestado muchos delincuentes y su trabajo le ha causado mucho dolor, incluida la frustración de haber podido devolver a un niño, víctima de trata, a su vida anterior.
Cuando es atravesado por la historia de un pequeño hondureño de nombre Miguel -el primero que logra llevar de regreso a su padre después de mucho trabajo detectivesco-, descubre que su hermana Rocío también fue secuestrada por una organización criminal para convertirla en trabajadora sexual. De su amistad con Miguel, nace el compromiso de llevar a su pequeña hermana a casa: Tim se compromete a trabajar para lograrlo, incluso cuando se interrumpe la financiación de su misión.
Permanecerá en Colombia, en Cartagena, y con la ayuda de otras personas que han elegido el camino del bien, recorrerá un peligroso camino que lo llevará a una zona remota de la selva amazónica donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia está atrincherados. Allí, de hecho, la pequeña Rocío está prisionera y Tim, sostenido por la fe en Dios, actuará como un héroe.
El final también es adecuado para el código estilístico de la película, pero dentro de la intrépida y valiente lucha del hombre está la función humana de devolver la paz, por cuanto es posible, más allá del sufrimiento vivido, a dos pequeños inocentes (símbolo de todos los niños del mundo). Les devuelve sus sueños y los afectos, la felicidad de la infancia. Hacer que esta etapa fundamental de la vida sea feliz, es un deber moral de todo adulto, y nos lo recuerda el ejemplo de la película, a través del profundo espíritu paterno de Tim.
Este es apenas el resumen del argumento de la película “Sound of freedom” -el canto de la libertad, inspirado en la historia real de Tim Ballard, interpretado por el excelente actor, Jim Vaviezel (el Jesús de La Pasión). Desde el pasado mes de julio, la película inició su recorrido en el circuito independiente americano obteniendo un gran éxito de taquilla. Dirigido por Alejandro Monteverde, producido por el mismo Mel Gibson, se rodó en el lejano 2018 pero ha tenido un proceso de distribución muy largo y complejo, hasta que los derechos pasaron a Angel Studios (los de Los Elegidos) cuando empezó a difundirse boca a boca (también en las redes sociales) entre el público. La película llegó a Italia el 19 de febrero de 2024, distribuida por Dominus Production.
Más allá de las vicisitudes que, solo ahora, la llevaron a las salas de cine y de la contaminación del thriller, la película denuncia decididamente una sangrienta plaga global y lo hace (sabiamente) sin mostrar explícitamente violencia, pero haciéndonos sentir, de todos modos, especialmente en la primera parte, el dolor. Un dolor que es necesario sentir. Sound of freedom hace más, más allá de algunos pasajes narrativos menos convincentes, nos muestra hombres capaces de luchar, de salir de su zona de confort para defender a los más frágiles, para frenar la fuerza del mal por cualquier medio. La utilidad de una película como “Sound of freedom” -Canto de libertad- está también en este segundo nivel, más abstracto, más general.