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Cero Residuos: un estilo de vida Dare to Care
Entrevista a Fátima Langbeck, embajadora del Instituto Rifiuti Zero Brasile que nos habla del concepto de “Cero Residuos”.
Este año la campaña Dare to Care propone un gran paso, desafiante pero posible y necesario: nuestra conversión ecológica. Del concepto de “conversión” -palabra usada sobre todo en conceptos religiosos- tomamos su significado más profundo: transformación, cambio de un estilo de vida, ya que los cambios a favor del planeta Tierra ahora son indispensables.
Atreverse a cuidar, a través de la conversión ecológica. Una conversión que no tiene como objetivo salvar solo el medio ambiente, sino también las personas, para poner fin a la explotación, la violencia, las extinciones, los desastres, las crisis que estamos viviendo en todo el mundo. Porque todos estamos conectados, inseparables de los demás y de la naturaleza.
Y todo comienza por nosotros, con nuestra conversión que puede atraer e inspirar a otras personas, hasta el punto de que el cambio se vuelva colectivo y el impacto sea visible.
Pero, ¿por dónde comenzamos?
¿Qué tal comenzar por nuestras acciones diarias, como por los desperdicios que producimos? Una cosa muy común, pero problemática: el concepto de basura que conocemos es el resultado de un fenómeno histórico cultural, porque la caneca de la basura no existe en la naturaleza, es decir, este concepto de “tirar” ha sido creado por el hombre.
La naturaleza es creativa al reutilizar todo lo que se produce: todo lo que muere, renace y lo que no es útil para un ser viviente es indispensable para otro. Como dice Antoine-Laurent Lavoisier: En la naturaleza, nada se crea, nada se destruye, todo se transforma”. Y así, también nosotros tenemos que aprender a no dejar rastro de residuos, a vivir el “residuos cero”.
Entrevistamos a la brasileña Fátima Langbeck, embajadora del instituto Lixo Zero Brasil (Instituto Cero Residuos Brasil), que adhiere a la ZWIA –Zero Waste International Aliance, que nos introdujo al concepto de Residuos Cero. Basura Cero nos anima a reducir los consumos, a aprovechar las cosas al máximo, y cuando no es posible reutilizarlas, a desechar nuestros residuos de forma correcta y sostenible, para que no se detengan en la “caneca”, sino que circulen, como en el ciclo natural de nuestro planeta.