Continuamente hablamos de cambiar el curso del sistema actual. Hablamos de cambiar la economía y las formas de consumo. Pero ¿cuántas veces hablamos de la importancia de tener nuevos emprendedores? o mejor aún ¿Te has atrevido a soñar con ser un emprendedor que da vida a nuevas formas de economía?

“Las características fundamentales de los emprendedores son la anticipación, el rigor científico y la búsqueda de la verdad”, dice Francesca Giglio, miembro del STAFF del movimiento The Economy of Francesco. A simple vista, pareciera que ser un emprendedor es casi como ser un superhéroe. Y continúa “el emprendedor es guiado por la innovación (nueva y útil) con el objetivo de resolver problemas reales y relevantes para las personas, no solo por las utilidades”.

Sí, es verdad, ser un emprendedor es como ser un superhéroe. Es dar oxígeno a un sistema que poco o nada logra respirar aire nuevo. Pero no hablamos de cualquier emprendedor. Es aquí donde adquiere relevancia el movimiento The Economy of Francesco, que reúne jóvenes economistas, emprendedores y change-makers de todo el mundo. Fueron convocados por el Papa Francisco para dar una nueva alma a la economía global y trabajan en ello a través de diversas iniciativas, pero una de las más concretas muestras de vida es la creación de empresas.

Entrevistamos a Francisco Sarnari, un joven italiano que forma parte de The Economy of Francesco y que es movido por un fuerte deseo de emprender. Tiene 30 años y actualmente trabaja en el área comercial de una sociedad deportiva italiana, pero es movido por una fuerte atracción al emprendedurismo. Para él, emprender es la concretización de una vocación. “Ser un emprendedor hoy significa tener una vocación y responder a una llamada. Sin embargo, en cada llamada hay también un riesgo, como el que existe en el crear una empresa y aquí entra en juego la motivación que empuja a cada emprendedor a lanzarse en una idea de negocio. Recoger utilidades de hecho no es suficiente para mitigar el riesgo. Se necesita de voluntad y compromiso para perseguir un objetivo más grande, un objetivo que pueda competir por el bien de toda la comunidad y que sea siempre la referencia para saber si estamos tomando las decisiones correctas”.

Emprender, como vocación, es algo que también lo recuerda el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’: La empresa es una vocación noble, dirigida a producir riqueza y mejorar nuestro mundo. Puede ser una fructífera fuente de prosperidad para las zonas en las que opera, especialmente si considera la creación de puestos de trabajo como parte esencial de su servicio al bien común.»

Pero la vocación no es el único ingrediente necesario. Se necesita también de preparación y formación. Lo subraya Francesca, “hay jóvenes con grandes ideas y auténticas motivaciones, capaces de dar solución a algunos de los más grandes desafíos de nuestros tiempos (en el área social y ambiental) pero al mismo tiempo se necesita reducir el riesgo de fracaso de un proyecto de innovación”. Coincide Gabriele, quien señala que “hacer empresa y hacerla bien, necesita de una escrupulosa preparación”.

Ante esta demanda que el mundo actual tiene de emprendedores con vocación y formación, The Economy of Francesco plantea un programa de formación, abierto a todos los jóvenes que poseen una idea de innovación o que son atraídos por estos temas: The Entrepreneurial Training 2021.

Se trata de talleres que tienen como objetivo ayudar a aterrizar proyectos y proporcionar las herramientas necesarias para el desarrollo de las ideas, partiendo primero del PORQUÉ, el PROPÓSITO principal, el SENTIDO y el VALOR de la idea de negocio. “El objetivo no es llenar de conocimientos omnicomprensivos de las reglas del mercado o de administración empresarial, sino aquel de valorar la motivación”, explica Francesca Giglio.

Tres talleres durante julio y septiembre, porque este es un momento en el que todo puede cambiar y tenemos el poder y la responsabilidad de hacer nuestra parte, actuando y profundizando en la transformación de los negocios.

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«El empresario innova por vocación, porque los empresarios son como los artistas: habitados por un demonio que los hace inquietos. Si se dejaran llevar por el beneficio no serían empresarios, sino especuladores».

Luigino Bruni, ENTREPRENEUR and COMMUNITY, Civil Economy lesson.