Workshop
Historia de un mural de paz
De Cristina Giorgetti
Hace algún tiempo una lectora nuestra nos envió, desde Italia, la historia de una hermosa experiencia vivida en la escuela, con sus alumnos y compañeros tratando de cuidar su propia escuela. La compartimos con todos porque en muchas partes del mundo, las clases han comenzado nuevamente precisamente en estos días. Y también porque Cristina, al igual que nosotros, ¡tiene en el corazón el mundo unido!
Siempre he tenido la idea de que la escuela debe ser un lugar hermoso. Por eso, muchas veces, les he pedido a mis alumnos que pinten las aulas. Esto, no por la falta de fondos públicos, sino para hacer de la escuela un ambiente colorido que los niños sientan propia.
Durante muchos años, en el Instituto donde doy clases, hubo una pared manchada por un acto de vandalismo. Me molestaba verlo y siempre tuve en mente pintarla junto con mis alumnos. Luego, este año, como parte del programa de educación cívica sobre el voluntariado, pasamos del decir al hacer. Así que hubo la posibilidad de pasar de así:
A así:
¡Y estábamos muy contentos! Simplemente, ahora ¡teníamos una pared decente!
Después de algún tiempo, llegó a la escuela Jacobo, un colega nuevo de religión: una persona creativa, un artista. Juntos pensamos el proyecto “Dibujando valores”, para diseñar y crear un mural.
Cuando comenzaron las reuniones con los muchachos, para preparar el boceto, emergió el valor de la paz. También porque la escuela lleva el nombre de Aldo Capitini, filósofo de Perugia, educador y antifascista. Uno de los primeros en Italia en captar y teorizar el pensamiento de la no violencia de Gandhi, hasta el punto de ser llamado el “Gandhi italiano”.
Luego, el estallido de la guerra y la llegada de un niño ucraniano trajeron todas las demás ideas.
No ha sido fácil pintar un muro de doce metros por tres. Además del tamaño, hacía muchísimo calor, las paredes estaban bastante rugosas y repelían el color.
Pero fue bella la participación de muchos muchachos, colegas, vigilantes y padres.
Poco a poco, se ha convertido en una obra compartida, que ha reunido el aporte de ideas y mano de obra de los muchachos de todos los grados, los más distintos, los más inverosímiles e inesperados: desde las de los chicos con discapacidad hasta las de aquellos BES (es decir, con necesidades Educativas Especiales). Una obra realmente coral. ¡Nunca había visto a los chicos tan felices y satisfechos con algo! ¡Gracias a todos!
Aprendí mucho de Jacobo, un compañero “riesgoso inclusivo”. El es un verdadero artista, pero nunca se ha apegado al resultado “hermoso”. En cambio, ha estado siempre atento al proceso, para realzar cada aporte, para acoger cada idea, así como para que aquellos que no tenían el “valor” de pintar, escribirán palabras clave, para que todos pudieran expresarse. Entre todos, también el chico de Ucrania quiso escribir una palabra en ruso, que traducida significaba “el momento”, como para decir: “El momento de la paz es ahora”.
Otros chicos agregaron palabras en chino, urdu, árabe, albanés. Distintas palabras: fraternidad, justicia, verdad, amor, diálogo, felicidad… todo lo que para ellos contribuye a “Una explosión de paz”. Que era el título elegido para la obra. Un chico con discapacidad estaba muy interesado en que se resaltaran los grados que habían participado y que fueran escritas con los colores del arco iris. Pero eran tantos los grados que nos parecía que no era el caso…. Pero no hemos descartado tampoco esta idea. Entonces, hicimos una banda de papel con esta propuesta.
Si tengo que contar todo, el secreto de esta experiencia es que este colega tiene en el corazón, como yo, como nosotros, el mundo unido.
Los demás “sienten” este espesor. Lo vimos tanto en los comentarios de los que nos vieron trabajar con los chicos, como en los de los colegas que se lanzaron a usar el pincel, que se animaron a pintar. Después, nos dijeron que habían estado muy bien y se habían descansado.
Nuestra obra fue simbólicamente inaugurada el último día de la escuela con la presencia del alcalde de Agliana y de muchos “ARTISTAS DISTINTOS” del Instituto técnico “Aldo Capitini”. Una gran alegría para nosotros y para todos.
Aquí estamos, mi ¡peligrosamente inclusivo colega, Jacopo y yo!