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Italia ǀ Un parque de juegos en Loppiano para educar a la paz
En la ciudadela de los Focolares, cerca de Florencia, en Toscana, se inauguró el parque de juegos “Nicolás Crivelli”, que aspira a convertirse en un espacio privilegiado para la educación a la paz.
Siempre ha sido un sueño para los habitantes de Loppiano, ciudadela de los Focolares cerca de Florencia, poder dedicar un espacio especial para niños. Desde el principio se imaginó como un lugar abierto a todos: a los que viven allí, a los que van de paso, a la gente del territorio. Un espacio de expansión adecuado para los niños y sus familias, un lugar inclusivo y accesible, donde poder vivir la alegría de estar juntos, de encuentro entre generaciones y culturas distintas, un lugar donde experimentar la belleza de crear nuevas relaciones.
Gracias a la generosidad y al trabajo de muchos, el parque de juegos de Loppiano fue inaugurado el domingo 19 de junio.
Se encuentra al lado del Salón San Benedetto, tiene columpios, un caballo de resorte, un gimnasio hexagonal, una torre y un recorrido para atletismo. Cada juego está hecho de materiales sustentables. Alrededor, de reciente plantación, hay algunas encinas, cipreses, alcornoques y tilos.
Fueron los mismos niños, propulsores del proyecto, quienes abrieron el acto de inauguración, contando sus pequeñas iniciativas con las que contribuyeron a la creación del parque, y leyendo extractos de algunas cartas que llegaron acompañando las numerosas donaciones de abuelos, padres y sus compañeros, no sólo italianos.
«Este parque de juegos pretende ser una muestra del compromiso de seguir creyendo, esperando y trabajando por la paz. -explicó Maríateresa Fimu, corresponsable de la ciudadela, tras agradecer a todos los que hicieron posible el proyecto-. Por esto, nos acoge el “Dado de la Paz” inspirado en los puntos de “El arte de amar” que Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares y de este Centro, propuso a los niños del Movimiento».
El Dado de la Paz es hoy el elemento esencial del camino de educación para la paz “Living Peace”, difundido en todo el mundo. El objetivo es promover relaciones positivas, potenciando las capacidades prosociales de los niños y reforzando la de los adultos. En los lados hay frases que ayudan a construir relaciones de paz entre todos: “ser los primeros en amar”, “amar a todos”, “Amar al otro”, “escuchar al otro”, “perdonarnos el uno al otro”, “amarnos el uno al otro”.
Los protagonistas del Dado, y de las distintas instalaciones que rodean el espacio, son los pequeños mimos, Gibi y DoppiaW, personajes creados por el dibujante Walter Kostner que, con sus ideas, hacen descubrir a los niños y adultos la maravilla de vivir para amar a los hermanos y a la creación.
Por deseo de los niños de la ciudadela, el parque lleva el nombre de Nicolás Crivelli, un coetáneo que creció en el pueblo y murió prematuramente el 5 de junio de 2015, a la edad de 5 años, a causa de una terrible enfermedad: atrofia muscular espinal. Los ciudadanos de Loppiano eran su numerosa familia y hoy Nicolás está enterrado en el pequeño cementerio de la ciudadela. En la inauguración también estuvo presente su familia, que ahora reside en la Suiza italiana. Con emoción, su madre, Cándida Duarte, agradeció a los presentes: «Cuando Nicolás salía de la casa, su gran deseo era ir al parque de juegos del pueblo, donde sabía que encontraba a todos y con gran sonrisa los invitaba a casa para un plato de pasta. En nosotros queda una gran certeza: ¡Nico está aquí y juega con cada niño!».
Los niños de Loppiano cortaron oficialmente la cinta junto con la alcaldesa de Figline e Incisa Valdarno, Giulia Mugnai. “Inauguramos oficialmente este lugar -comentó- que es ante todo una historia de amor: con la historia de Nicolás y su familia, junto con la de tantos niños que poco a poco, han recolectado los recursos necesarios para hacerlo realidad. Es una historia de amor porque será el lugar de encuentro y socialización que viene después de dos durísimos años en este aspecto. En la postpandemia, contar con un lugar más en el que anular las distancias físicas, adquiere un gran significado simbólico, también ante la creciente conciencia del valor agregado que representan las actividades al aire libre y la protección del medio ambiente».
A la ceremonia civil siguió la bendición cristiana del parque, invocada por el párroco y los mismos niños: «¡Para que todos puedan jugar sin hacerse daño!».