Por Raisa e Renai Jose, Vancouver (Canada)

Dos jóvenes mujeres hacen de intermediarias entre voluntarios y necesitados.

Todo empezó con un pequeño proyecto para la Navidad del 2018. Yo y mi hermana menor Renai tuvimos la idea de donar algo a las personas in techo del barrio Downtown Eastside de Vancouver (Canadá). Queríamos ofrecer un simple gesto de amor, convencidas que, tal vez, un pequeño regalo podía ser suficiente para hacer especial el día de esas personas.

Junto con otros 60 estudiantes de secundaria, preparamos más de 100 “kit para el cuidado”, que contenían productos para la higiene personal, bufandas, gorros, guantes y muchas otras cosas.

Nos dimos cuenta del gran entusiasmo de los jóvenes y su deseo de seguir ayudando a los más vulnerables de nuestra comunidad. Entonces entendimos que no teníamos que esperar hasta la Navidad del 2019: Podíamos que donar todo el año.

Entonces decidimos hacer algo todos los meses. En febrero, por ejemplo, tuvimos la idea de preparar las tarjetas de san Valentín para nuestros queridos ancianos de varias casas de descanso. Además, distribuimos los kits para el cuidado a algunas familias de refugiados, preparamos tarjetas y dulces para los veteranos con ocasión de la Jornada de la Amnistía, servimos comidas calientes en los refugios para personas sin casa, organizamos una jornada de descanso y relax para mujeres en Union Gospel Misión[1] y limpiamos una playa.

Con la pandemia, pasamos a la modalidad puerta a puerta para realizar nuestras actividades en forma segura. Mi hermana y yo recolectamos donaciones en los hogares de los voluntarios y los entregamos después a las distintas organizaciones que las necesitaban.

Incluso en tiempos de pandemia, la participación de los jóvenes, deseosos de ofrecerse como voluntarios y encontrar formas para servir a la comunidad, ha sido impresionante. Después de un tiempo, decidimos usar la camioneta de doce plazas de nuestra familia, que se convirtió en nuestro medio de transporte para los regalos materiales y para los voluntarios. Lo hemos llamado “La camioneta del dar” (The Giving Truck).

Desde entonces, The Giving Truck se ha convertido en un movimiento. Hoy llevamos adelante un proyecto que permite a los jóvenes liderar y participar en distintas actividades en la conurbación de Lower Mainland.

Actuamos como mediadores entre los jóvenes y las distintas organizaciones locales que buscan voluntarios. Recientemente hemos colaborado con la Covenant House, una estructura que ofrece alojamiento a jóvenes sin techo. Organizamos una noche al aire libre”, durante la cual todos vivimos la cruda experiencia de la vida de quien duerme por la calle y hemos escuchado las intervenciones de algunos expertos sobre este tema.

La pandemia ha dejado clara la necesidad de gastarnos por los demás. Nuestra misión continúa creciendo: tratamos de hacer nuestra parte para servir a los más necesitados.

[1] Organización benéfica canadiense que se dedica a la lucha contra la pobreza y ofrece apoyo a quien no tiene techo

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