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“Non sarò sola mai”. La experiencia detrás de la nueva canción de AsOne
El testimonio con el cual Francesca Gallo, una de las cantantes de AsOne, introdujo la nueva canción de la banda, ‘Non sarò sola mai’, durante el Genfest 2024 en Brasile.
AsOne es una banda juvenil del norte de Italia que lanzó un nuevo videoclip: “Non sarò sola mai” (“No estaré nunca sola”) (F.Gallo-A.Benedetti-G.Anselmi). El single fue cantado por primera vez en julio, durante el Genfest, evento internacional de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, en Aparecida, Brasil.
Antes de la performance de AsOne, Francesca Gallo, una de las voces principales de la banda, contó su experiencia vinculada al sufrimiento vivido por el bullying. Le agradecemos por habernos permitido compartir aquí, en UWP, su testimonio.
Luego de leer su importante historia, les invitamos a escuchar la canción …
«Me llamo Francesca, tengo 21 años y soy italiana. Toco el piano y me gusta cantar, de hecho cuando canto me siento viva. Me encanta la vida, la gente, con sus historias y diferencias. Siento que hay una luz dentro de mí y quiero dejarla salir.
«Quiero ser libre, como cuando pongo mis manos en el piano y me siento una con mis emociones y la música.
«Soy una persona que tiene heridas, ¿quién no?
«Una de mis heridas fue el abandono, el rechazo y el odio de personas a las que consideraba amigas, que me marginaron, haciéndome creer que era alguien que no valía nada, inútil, que no tenía nada para dar.
«Era sólo una niña y no tenía fuerzas para soportar todo ese odio hacia mí. Me creía todo lo que me decían: que era insignificante, que no era guapa. Y eso me hacía frágil. Me encerré en mí misma en un lugar donde era casi imposible llegar.
«Empecé a convencerme de que la comida era una forma de llenar el vacío que había en mi interior. Pero cuanto más comía, más vacía me sentía. Cuanto más comía, más no soportaba mi cuerpo.
«Esperaba que alguien viniera a ayudarme, pero nadie venía. Recuerdo un día, en un momento muy difícil, nuevos conflictos con personas cercanas hacían aflorar todos mis miedos del pasado. Estaba en un santuario con otros jóvenes y me sentía abandonada y tan vacía por dentro.
«De repente sentí la presencia de Jesús cerca de mí. Parecía decirme: «No estás sola». Desde ese momento, cuando el pasado afloraba y me sentía triste, tomaba mi bicicleta y corría a la iglesia cercana a mi casa para encontrar esa sensación de paz.
«A lo largo de todos estos años, la relación con mis padres me ayudó a seguir adelante, mi madre era mi refugio seguro. Me sentía escuchada y querida por ella.
«Sé que dentro de mí sigue estando la Francesca niña, esa niña despreocupada que ama la vida y tiene muchos sueños por cumplir. Todo esto es más fuerte que el pasado y las heridas que arrastro.
«No lo he resuelto todo, pero sigo avanzando cada día, un paso tras otro. Sin mirar atrás.
«Y sé que no estoy sola».