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#PillsOfHope: especial América Latina
Seguimos recibiendo “píldoras” de esperanza de más puntos del planeta. Son historias de acciones espontáneas, creativas y contagiosas que relatan modos diferentes de afrontar la crisis del Covid19. Esta vez, publicamos algunas que nos llegan de América Latina.
Bolivia. Un mapa que une el país
A través un puñado de personas en Twitter surgió la idea y, en pocas semanas, más de 130 colaboradores se sumaron a la iniciativa para crear una plataforma llamada Bolivia Solidaria. Se trata de un mapa que permite contactar a personas que necesitan ayuda durante la cuarentena y, a su vez, dónde se puede dar una mano. De esta manera, se busca centralizar en un canal a las personas que necesitan ayuda y las que están dispuestas a ponerse al servicio.
La plataforma agrupa cuatro grupos informativos, como solicitud de ayuda: dónde hacer pedidos de alimentos, insumos de limpieza, etc.; ofrecimientos de ayuda, como puntos de acopio de donaciones, por ejemplo; servicios de salud: mostrando diferentes centros y farmacias del país y, finalmente, servicios públicos disponibles, como la ubicación de los mercados abiertos.
Esta plataforma se basa en la cooperación, es decir que cuantas “mientras más gente pueda ver y alimentar la plataforma, más apoyos se podrán gestionar, pues de lo que se trata es de crear este contacto entre las poblaciones vulnerables y las opciones de ayuda”, sostienen los creadores de la plataforma, “hay que visibilizar ambas partes, para que puedan encontrarse”.
Fuente: PáginaSiete.bo
Argentina. La profesora que recorre kilómetros para llevar la tarea a sus alumnos
María Caballero, profesora de una escuela rural en Santa Fe, Argentina, sabe que muchos de sus alumnos no cuentan con internet en sus casas. Algunos de ellos no cuentan ni siquiera con una computadora, con lo cual la situación actual los deja totalmente al margen del acceso a la educación.
Así es que María, quien hace más de 20 años ejerce apasionadamente la docencia, viaja todas las semanas hasta las tranqueras de la casa de cada uno de sus alumnos, y deja los materiales y las guías, para que sus alumnos puedan seguir al día con su educación.
«Como no hay clases y los chicos no tienen internet ni teléfonos, se me ocurrió dejarles la tarea colgada en bolsitas en las tranqueras. Cuando pasa una semana, voy y las retiro con los deberes hechos. Hablamos a la distancia, y ellos me preguntan lo que no entendieron y nos quedamos charlando un ratito. Ellos me extrañan, y yo a ellos», le contó Caballero al medio argentino.
Como ella sabe que algunos de sus alumnos no tienen algunos materiales, ella misma les deja algunas herramientas, como tijeras, papeles de colores, pegamento, etc. para que puedan “tener creatividad y se entretengan en estos días», como ella misma explica.
Fuente: TN.com.ar
Brasil y México. Misma solidaridad, distintos protagonistas
Los Jóvenes por un Mundo Unido de João Pessoa, capital del estado de Paraíba, Brasil, los de Torreón, México y los de Ciudad de México DF se pusieron manos a la obra en sus ciudades para trabajar juntos por las personas que perdieron su trabajo y medios de sustento a causa de la pandemia.
Los jóvenes de estos dos lugares, de manera independiente, se pusieron manos a la obra buscando donaciones entre sus conocidos y así hacer circular los bienes. De esta manera, en João Pessoa ya lograron ayudar a más de 265 familias. En Ciudad de México, los jóvenes repartieron más de 27 despensas con materiales para un asilo y medicinas para familias de distintas zonas del país. Los jóvenes de Torreón recolectaron ya 50 bolsas con alimentos y otros insumos para numerosas familias y personas.
“Sabemos que el hambre es algo sobre lo que no podemos esperar. En nuestro país, hay muchas personas en dificultad, por lo que en nuestro espacio queremos ser esa gota de agua en el océano, que hace su parte. Con amor lo vamos a lograr”, explica Narinha, una de las jóvenes que hace parte de la iniciativa en Paraíba.
Bolivia. “Somos un mismo corazón”
Ese es el nombre de la agrupación en la que jóvenes como Brian, Raquel, Rebeca, Jael y Maika colaboran en La Paz y El Alto, Bolivia. Ellos, junto con otros voluntarios, recorren grandes distancias para transportar alimentos, medicina y ayuda a los adultos mayores que están solos o que tienen escasos recursos.
“Llegamos hasta donde el corazón nos lo permite. Rebeca (una de las voluntarias) llegó hasta la comunidad de Viacha para hacer las donaciones. También llegamos hasta la comunidad de Huajchilla (al Sur) para llevar medicamentos y víveres, y a otros muchos lugares de ambas ciudades”, explicó a Brian Camacho, impulsor y miembro de “Somos un mismo corazón” al periódico Página Siete.
Fuente: PáginaSiete.bo